Gestión en el trabajo: Responsabilidades en el trabajo a distancia
Cursalab
Redacción especializada
Oficina y casa: Dos mundos totalmente distintos que en los últimos meses se han juntado poniéndonos el magno reto de encontrarle la respuesta a una ecuación:
Responsabilidades laborales + actividades del hogar = X
¿Qué hemos visto como resultado al no tener a colaboradores preparados para esto? El aumento de uno de los riesgos psicosociales laborales más potentes: estrés, ahora denominado por el home office, como tecnoestrés.
Pero tenemos una fórmula segura para resolver estas disyuntivas que fluctúan entre la impotencia y la ansiedad que se resume en: Efectividad = Organización + equilibrio
Y, en definitiva, uno de las metas a resolver a partir del 2020 es integrar el trabajo remoto no como una opción sino como un plan a largo plazo. Los sistemas de gestión y, claramente, la tecnología, son nuestros mejores aliados para un adecuado trabajo en equipo en donde no solo hay que valorar la producción sino también la productividad.
¿Qué hacer?
Partir por lo esencial, organizar nuestros tiempos consta de dos términos precisos:
- Elegir: Va a variar entre pienso que hay que hacer, cosas que quiero hacer y cosas que REALMENTE tengo que hacer; la suma de todo esto es nuestra elección.
- Priorizar: Es donde maximizamos el valor, no el rendimiento; donde ponemos en primera línea los pendientes más urgentes y, sobretodo, somos realistas.
“Pero está en casa, nada le cuesta enviar un correo que le tomará 5 minutos” piensan algunos líderes de equipo cuando son pasadas las 8.00 pm sobre un colaborador que trabaja hasta las 5.00 pm. Es verdad, la interconectividad nos saca de apuros pero también incluye un cúmulo de consecuencias físicas y psicológicas que produce un puesto de trabajo electrónico y el uso intensivo de las tecnologías de la información ya que puede existir cierto desajuste entre demandas y recursos disponibles. Para evitar esto y que nuestro compromiso laboral no se vea afectado, es necesario un equilibro 180° (identificando los recursos con lo que contamos) y 360° (como gestor o parte de un equipo).
Comprendiendo estas necesidades como parte de la nueva normalidad, Cursalab te brinda 3 datos socioemocionales para cumplir con tus responsabilidades en el trabajo a distancia:
- Creación de una cultura flexible: El contacto humano no debe quedar relegado. Interesarnos por si todos los miembros del equipo tienen una conexión a internet estable, todos en casa están bien, qué tal pasaron el fin de semana, aportará crecimiento a la unión como equipo y por ello, a la productividad.
- Tecnologías adecuadas: Contar con una interfaz accesible y deducible, reducirá el tiempo invertido en intentar descifrar cómo manejar el sistema online que se está usando. Ya que parte de la PEA no son nativos digitales, es de suma importancia monitorear la metodología de integración que se usa.
- Presta atención al plan de vigilancia médica: Entre las principales consecuencias del tecnoestrés destacan las quejas psicosomáticas tales como problemas en el sueño, dolores de cabeza, dolores musculares, trastornos gastrointestinales, sensación de ansiedad, etc.; así como también daños organizacionales tales como el absentismo y la reducción del desempeño sobre todo debido al no uso o mal uso de las TIC en el puesto de trabajo.
Brindémosle apertura a nuestra mentalidad de crecimiento, a nuestra capacidad de adaptación y a la identificación de recursos internos para adecuarnos a la nueva normalidad pero, sobre todo, comuniquémonos para desarrollar culturas organizacionales y equipos de trabajo más sólidos y compactos.
Oficina y casa: Dos mundos totalmente distintos que en los últimos meses se han juntado poniéndonos el magno reto de encontrarle la respuesta a una ecuación:
Responsabilidades laborales + actividades del hogar = X
¿Qué hemos visto como resultado al no tener a colaboradores preparados para esto? El aumento de uno de los riesgos psicosociales laborales más potentes: estrés, ahora denominado por el home office, como tecnoestrés.
Pero tenemos una fórmula segura para resolver estas disyuntivas que fluctúan entre la impotencia y la ansiedad que se resume en: Efectividad = Organización + equilibrio
Y, en definitiva, uno de las metas a resolver a partir del 2020 es integrar el trabajo remoto no como una opción sino como un plan a largo plazo. Los sistemas de gestión y, claramente, la tecnología, son nuestros mejores aliados para un adecuado trabajo en equipo en donde no solo hay que valorar la producción sino también la productividad.
¿Qué hacer?
Partir por lo esencial, organizar nuestros tiempos consta de dos términos precisos:
- Elegir: Va a variar entre pienso que hay que hacer, cosas que quiero hacer y cosas que REALMENTE tengo que hacer; la suma de todo esto es nuestra elección.
- Priorizar: Es donde maximizamos el valor, no el rendimiento; donde ponemos en primera línea los pendientes más urgentes y, sobretodo, somos realistas.
“Pero está en casa, nada le cuesta enviar un correo que le tomará 5 minutos” piensan algunos líderes de equipo cuando son pasadas las 8.00 pm sobre un colaborador que trabaja hasta las 5.00 pm. Es verdad, la interconectividad nos saca de apuros pero también incluye un cúmulo de consecuencias físicas y psicológicas que produce un puesto de trabajo electrónico y el uso intensivo de las tecnologías de la información ya que puede existir cierto desajuste entre demandas y recursos disponibles. Para evitar esto y que nuestro compromiso laboral no se vea afectado, es necesario un equilibro 180° (identificando los recursos con lo que contamos) y 360° (como gestor o parte de un equipo).
Comprendiendo estas necesidades como parte de la nueva normalidad, Cursalab te brinda 3 datos socioemocionales para cumplir con tus responsabilidades en el trabajo a distancia:
- Creación de una cultura flexible: El contacto humano no debe quedar relegado. Interesarnos por si todos los miembros del equipo tienen una conexión a internet estable, todos en casa están bien, qué tal pasaron el fin de semana, aportará crecimiento a la unión como equipo y por ello, a la productividad.
- Tecnologías adecuadas: Contar con una interfaz accesible y deducible, reducirá el tiempo invertido en intentar descifrar cómo manejar el sistema online que se está usando. Ya que parte de la PEA no son nativos digitales, es de suma importancia monitorear la metodología de integración que se usa.
- Presta atención al plan de vigilancia médica: Entre las principales consecuencias del tecnoestrés destacan las quejas psicosomáticas tales como problemas en el sueño, dolores de cabeza, dolores musculares, trastornos gastrointestinales, sensación de ansiedad, etc.; así como también daños organizacionales tales como el absentismo y la reducción del desempeño sobre todo debido al no uso o mal uso de las TIC en el puesto de trabajo.
Brindémosle apertura a nuestra mentalidad de crecimiento, a nuestra capacidad de adaptación y a la identificación de recursos internos para adecuarnos a la nueva normalidad pero, sobre todo, comuniquémonos para desarrollar culturas organizacionales y equipos de trabajo más sólidos y compactos.
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